Mi Soledad y yo.








Resultado de imagen de imagenes de soledad







Reconozco que el término soledad asusta un poco. Yo, lo primero que evoco en mi mente es una chica sentada en la playa, sola; mirando al vacío y queriendo que esas olas salvajes (he olvidado decir que siempre es en invierno) se lleven los malos pensamientos, recuerdos o situaciones acontecidas por esa chica. Supongo que las pelis y todo el material audiovisual que hemos mamado desde pequeños evoca en todos imágenes bastante similares a la mía.

¿Pero, la soledad siempre es mala? Debo decir que no. Hay personas (creo que conozco a bastantes) que les encanta estar solas. Ellas pueden viajar solas, vivir solas, irse a tomar un vermuth solas. En fin, experimentar, el estar a gusto contigo mismo. Y eso es estupendo. La verdad que es muy guay por ejemplo de viajar solo. Es un concepto nuevo para muchas personas pero en este siglo se está dando a conocer bastante. Lo que es curioso es que viajan solos pero hablan con mucha gente en el parque, en la playa, en el sitio donde van a tomar una cerveza, en el hotel, en la galería de arte… A ver, o estamos solos o no...pero esto es… Bueno esto es la antropología del ser humano ni más ni menos. Creo que en nuestra naturaleza, en nuestro A.D.N. en nuestras entrañas, estamos hechos para relacionarnos. A menudo te sientas en un bar y acabas hablando con el camarero o con la pareja de la mesa de al lado. Me pasó un día, no hace mucho, un domingo cualquiera. Había quedado yo con un amigo le llamaremos “Auriculares”. Paseamos un poco y fuimos a tomar un vermuth a una bodega. Después de deleitarme con su buenísimo fuet, vi a una pareja de abuelos. Tendrían sesenta y largos ya que los dos estaban jubilados; les vi intentándose subir a los típicos taburetes altos que quedan muy chics en las bodegas modernas pero que cuestan mucho utilizarlos para la gente de cierta edad. Así que yo ni corta ni perezosa les hice un gesto de cabeza y les invité a sentarse en nuestra mesa. Total éramos dos y ocupábamos una mesa de cuatro. Pues allí me ves charlando con ellos de todo, de política, de la Guerra Civil Española, de los hijos, de viajes… Creo que mi colega se aburrió un poco pero yo estaba encantada de charlar y conocer a esos abuelos que tanto han hecho por este país y a veces tan olvidados los tenemos.

Y aquí viene otra cuestión importante. La gente mayor está muy sola. Sé que por las mejoras sanitarias y por cuestiones evolutivas la gente vive mucho más que antes. Tenemos un país con un montón de mayores. Pero a mí me dan mucha pena las abuelas y los abuelos que se van, por ejemplo, a comer de menú para hablar con alguien al menos una vez al día. Hay gente que tiene suerte y tiene una familia muy grande o muy bien avenida y otros siguen teniendo amigos o amigas y van a comer de vez en cuando o van a pasear, pero hay un montón de gente mayor que está sola. Y no es como los nuevos hipsters que están solos porque quieren o les apetece viajar solos. Estos pobres abuelos están solos porque no les queda más remedio y eso es verdaderamente triste. La verdad que ahora mismo no sabría gubernamentalmente hablando como solucionar este tema solo os diré que a veces cuando estéis solos porque necesitáis un tiempo para conoceros para pensar o para reflexionar sobre vuestra vida levantéis la cabeza y si veis a un abuelo saludarle, hablarle una rato. No os quitará mucho tiempo y os aseguro que haréis feliz a esa persona por una eternidad.

Creo que en este país no hace falta esforzarse para hablar mucho o mejor dicho para hablar con cualquiera. Yo soy un gran ejemplo de ello. Mi niñato favorito y yo (hacía mucho que no mencionaba a este mi gran mejor amigo) somos expertos en salir a bailar y hablar con gente. Y no penséis mal, no solo para ligar, si no que nos encanta conocer a buenas personas ya sean chicos, chicas, buenos amigos… Cualquier persona que tenga el corazón puro y el alma un poco rebelde puede ser nuestro compañero de risas esa noche. Y que mi niñato sea tan parecido a mí, me encanta. Nos pone las coas muy fáciles cuando quedamos para salir o para bailar. Tenemos un feeling y una mente muy parecida y por eso nos llevamos tan bien y nos lo pasamos tan a tope. Debo decir que sin duda es el mejor colega para cuando estás un poco depre o te sientes decaída… Te cuenta un chiste tan malo, tan malo, que es inevitable reírse.

Ahora mismo yo estoy en un período de soledad. No sabría si decir impuesta o buscada.
No me apetece conocer mucha gente nueva. Y reconozco que a veces me dejo envolver por mi sofá y mi manta y me puedo tirar horas embobada mirando la tele, o el móvil. Y es que esta sociedad tiene tendencia a la soledad. Yo, lo veo bastante claro. Compramos por internet, ligamos por internet, algunos hacen sexo por internet. Casi acabaremos sin besarnos y sin tocarnos en un futuro no muy lejano, por favor, si pasa, espero no verlo. Y es que creo que yo me equivoqué de siglo al nacer. Soy bastante poco tecnológica. Sé lo justo para sobrevivir pero poco más. Soy muy social, hablo con todo el mundo, me gusta conocer a mis vecinos, me gusta saber el comercio nuevo que han puesto en el barrio, hablo de cosas que a la gente le sorprenden, cómo que yo de pequeña jugaba en la calle. Mi hermana y yo nos pasábamos horas en la acera pintando “regañas” os lo explico porque seguro que no sabéis qué es. El juego ese de los números que tiras una piedra y tienes que ir saltando. Yo era una crack.

Así que para ir cerrando el texto diré que no tengáis miedo a la soledad, ya sea impuesta o buscada. Si es impuesta a lo mejor te has quedado viuda, te ha dejado el novio, has sufrido una terrible desgracia y estás completamente solo; sea lo que sea intenta sacar el lado positivo de ti. Disfruta de tu soledad, aprovecha para hacer cosas que siempre has querido hacer y nunca te has atrevido. Llévate un bocata, ve al parque y conoce gente. Viaja sola y a lo mejor en la cola que se genera para subir a la torre Eiffel te enamoras. Bueno, bueno ahí me he pasado. Ni en la película más ñoña y romántica pasan esas cosas. Lo que quiero decir es que lo pasarás mal un tiempo, a veces dos tiempos pero luego sobrevivirás. Porque otra cosa que tenemos en nuestro A.D.N. es la supervivencia. El ser humano hace lo que sea por sobrevivir. Y ese pensamiento te puede ayudar a superar tu trauma o tu desgracia. Hoy estoy generosa y os daré un consejo gratis. Si queréis a alguien decírselo. Decírselo siempre que podáis ya sea a vuestro bebé, vuestro hermano, padre, abuelo o novio. Decírselo mucho porque la vida es muy caprichosa y nunca sabes cuándo te va a dejar sola. Y lo último que me gustaría es oíros decir: “debía haberle dicho más Te Quiero”. La gente tiene un pánico terrible a esas palabras. Mejor dicho, la gente (sobre todo la masculina) tiene pánico a todas las palabras. Y decir te quiero no dista mucho de decir te odio; pero unas nos cuestan menos de decir que las otras. Es un tema curioso, la verdad. Yo aprendí hace mucho tiempo que como en los cuentos de hadas el amor lo puede todo. Puede salvarte de una mala vida, puede curarte de una mala decisión, puede hacerte feliz. Pero si nunca dices lo que sientes, si siempre te quedas con las palabras en la boca, muy probablemente nos veamos dentro de unos años. Tú estarás en el parque solo arrepintiéndote de todo lo que no has dicho en toda tu vida e intentarás buscar a alguien con quien hablar. Y yo estaré callada buscando mi momento de soledad, cansada de que las palabras dichas no me hayan llevado al final esperado. ¿O sí?


Comentarios

Entradas populares de este blog

Adiós Héroes 3, Hola Everdell.

Síndrome de la cama vacía

Adiós sincronizadas, hola gambas al ajillo.