¿Ahora es demasiado pronto?
h
Cuando llevas unos meses conociendo a un chico te surge una pregunta:
¿Cuándo dar el siguiente paso? ¿Ahora es demasiado pronto?. La
verdad que he tenido relaciones, que llegados a un punto, los dos nos
hemos sentado a hablar y hemos expuesto nuestros sentimientos. He
tenido otras, que estaba claro, que el chico no quería compromiso ni
en veinte años. Y otras en cambio, era yo, quien no se sentía del
todo preparada para abandonar mi soltería y concentrarme en un solo
hombre. Sí, soy mujer y a veces no quiero tener novio. Creo que yo
no sigo el patrón de princesa que muchas mujeres sienten. Aunque me
guste Frozen, el color rosa, adore los tutús y me sienta más guapa
con un vestido que con un pantalón; tengo la necesidad de, en
algunos momentos de mi vida, ser un alma libre y acostarme con varios
chicos a la vez. Tener varias citas a la semana. Disfrutar de
diferentes caracteres y cuerpos masculinos y a veces, no tener nada
de prisa por decidir; o no decidirme por ninguno y meter nuevos
concursantes en el juego. Así que sí, señoras y señores única
chica cosmo a veces ha dicho que No, a una relación.
Pero ahora es
diferente, creo que ha llegado el momento de decidir. Y en estos
momentos de mi vida, es una decisión que me cuesta bastante tomarla.
No es que dude si quiero un compromiso o no, o que no le vea un chico
de futuro. Mr. Suprise siempre ha estado muy seguro de sí mismo y ya
sabéis que no le da miedo avanzar conmigo. Creo que es una de las
cualidades que más me atraen de él. En este caso lo que me frena
es una “cosita” que no soporto de él. No es una cosa cualquiera,
es una cosa que ha hecho que dejara automáticamente de hablar con
chicos. Ese defectillo me ha hecho no querer saber nada de ellos o
eliminarles de mi agenda sin un triste adiós. Para muchos no es nada
importante. Para mí, sí. De hecho hoy en día, hay mucha gente que
lo ve casi como el comer. Pero es algo que yo nunca he soportado y
para mi desgracia él lo tiene. Me está pidiendo que lo acepte sin
más. De ahí viene todo mi dilema. Y os aseguro que no es agradable
tomar esta decisión. Se trata de hacer caso a vuestros valores, o
cambiarlos totalmente por la persona que en un futuro te podría
hacer súper feliz. ¿Qué harías vosotros?
La verdad que juego
con ventaja porque ya he tomado una decisión antes de escribir este
blog. Si no fuera así, sería imposible haberlo escrito. Decido
tirar para adelante. Saltar a la piscina con doble tirabuzón y
esperar que el agua no esté muy fría. Decido confiar en lo bueno
que he visto en él y dar un pasito más. Me siento contenta, me
siento tranquila. Vamos avanzando, conociéndonos y en un abrir y
cerrar de ojos me encuentro poniéndome el rimmel para ir por primera
vez a cenar a casa de sus amigos.
Me preparo para
pasar una noche increíble. Siempre se dice que tus amigos son el
reflejo de tu alma, así que me dispongo a afrontar una noche llena
de risas y diversión. Locuras e historias varias, cotilleos y
piques. Porque como digo siempre, los amigos son la familia urbana de
una persona, y Mr. Suprise ya me ha contado los detalles de esta
particular familia.
Al principio de la
noche todo marcha bien: risas, buena comida, chistes y bromas por
doquier, bailoteo con nuestro amigo youtube de fondo. Pero llega un
momento de la noche que ya no puedo recordar cuantos vasos de vino me
he bebido y me empieza a dominar mi subconsciente. Empiezo a pensar
en esa “cosita” que tenemos en discordia. Cojo a uno de sus
mejores amigos y le empiezo a hacer el tercer grado. “¿Pero por
qué Mr. Suprise es así?, ¿Cuánto tiempo lleva haciendo “eso”?,
¿Pero tú lo ves normal?” Vamos que mi subconsciente se creía un
policía corrupto del antigua K.G.B y empezó a hacer interrogatorios
en la cocina a un par de sus buenos amigos. Doy gracias al destino, a
Dios o a quién sea de que no fuera tan borracha para encender el
fuego y decir: “Respuesta incorrecta, te quedas sin la yema del
pulgar”.
¿Pero que diablos
me estaba pasando? ¿Me estaba volviendo tarumba? ¿O yo misma quería
destruir mi recién estrenada relación? No sabía muy bien porqué
pero si quería que me echasen de esa casa, si deseaba que él no me
volviera a ver, o que incluso me grabasen en video y me subieran a
youtube con un título como: Periplos de una loca un viernes noche.
Lo estaba haciendo divinamente.
Pasada la
enajenación mental transitoria y sin descartar que me enchufasen un
valium por vena y que yo no lo recuerde, me relajé. Empecé de nuevo
a disfrutar de la fiesta y a sacar la Diosa del baile que tengo
dentro. Reía de nuevo, charlaba, hacía ironías, preguntaba
historias y contaba las mías propias.
La noche acabó
dándolo todo en la pista de baile de una gran discoteca de la ciudad
Condal. Me lo pasé genial con los amigos fiesteros de un viernes
noche. Ahora tenía clara mi respuesta. Ahí en ese momento de
borrachera y bailes, ahí en ese momento que solo se respiraba buen
rollo, ahí en la sala Apolo de Barcelona, me dí cuenta que no tenía
miedo de empezar, continuar y recorrer un camino infinito de la mano
de Mr. Surprise. Mañana sería un día de resaca, de no hacer nada,
de pasar de la cama al sofá pero acompañada. Mañana nacería un
nuevo sol y gritaría a todo el mundo (si no estoy muy afónica) que
sí que me comprometo y que acepto esa “cosita” que nos desunía.
En esos momentos tuve claro y pensé, por primera vez en mi vida,
que ese defecto quizás no fuera tan importante. Solo queda una
última pregunta que hacerme. ¿Él me podrá aceptar cual enferma
mental, esperemos que transitoria, con el brote de locura que había
tenido hoy? ¿O eso será definitivo y dejará de sorprenderme para
siempre? ¿Sus amigos correrán el riesgo de volverme a invitar a su
casa? ¿O tapiarán la cocina para que no la pueda utilizar de
cuartel general para mis interrogatorios? Para eso, amigos, hay que
esperar a que salga el nuevo sol de mañana. En breves el blog con
la respuesta. Prometo haceros uno tanto si es positiva, como
negativa; sea lo que fuera y me depare lo que me depare la vida nunca
olvidéis que, vosotros queridos lectores, seréis los primeros en
saberlo. Así que aprovecho para seguir bailando que aún me queda
marcha para rato.
Comentarios
Publicar un comentario